Cuando nuestro ordenador ya tiene unos añitos se nota. Empezamos a sentirlo lento, tarda en arrancar una eternidad, el escritorio está lleno de iconos y la lista de programas instalados se hace interminable. Si eres de los que utilizan el ordenador todos los días esto al final se vuelve un fastidio que te frustra y te limita a la hora de trabajar con él.
Los usuarios me suelen preguntar qué es lo que le ha pasado a su equipo, que funcionaba perfectamente cuando lo compraron y que no han hecho nada raro. Mi respuesta es siempre la misma: el ordenador funcionaría exactamente igual de rápido si tuviera instalado exactamente lo mismo y, aunque no te lo creas, han cambiado muchas cosas en tu ordenador. A continuación enunciaré las principales:
- Seguramente habrás instalado un paquete ofimático (Office, LibreOffice…)con todos sus complementos. Después habrás cambiado a la última versión.
- También habrá caído un antivirus (que es lo que más ralentiza un ordenador).
- El sistema operativo se habrá actualizado con todos los parches de seguridad. Incluso puede ser que lo hayas actualizado a la última y más bonita versión.
- El navegador se habrá actualizado.
- Es muy probable que hayas instalado algún programa P2P tipo Ares, Emule…
- Habrás probado algún que otro programa que después has desinstalado porque no te convenció.
- Has estado navegando por Internet desde el primer día, visitando miles de páginas web.
Lo que seguramente no hayas hecho será ninguna operación de mantenimiento. No habrás eliminado los archivos temporales de los distintos programas y los que guardan los navegadores cada vez que visitas una web.
No se te habrá ocurrido defragmentar el disco duro. Esto es algo así como poner orden en tu armario para poder encontrar las cosas más rápido.
Lo de limpiar el interior del ordenador casi que está descartado. No te puedes imaginar la cantidad de suciedad que se acumula en el interior, justo en los ventiladores. Esto que parece una tontería puede influir en el rendimiento. Si el ventilador tiene mucha suciedad girará más despacio, por lo que disipará menos calor, el polvo se hará una masa que calentará más el procesador y al final puede producir incluso que se apague el equipo.
Hay dos formas de mejorar el rendimiento de tu ordenador: a coste cero o gastando dinero. Te voy a explicar las dos.
Mejora a coste cero
Para esto lo recomendable es volver a dejar el ordenador a su estado de fábrica. Normalmente dispones de unos DVDs para restaurar tu equipo, o de una opción en el arranque para acceder a una partición oculta que te permitirá formatear el ordenador y dejarlo como nuevo. Antes de utilizar esta opción debes guardar TODA la información valiosa de tu equipo en un disco duro externo, ya que al formatear perderás absolutamente todo lo que tuvieras en el equipo.
Una vez vuelto a su estado inicial deberás actualizar el sistema operativo con los parches de seguridad que se hayan publicado, pero no es recomendable que cambies la versión. Hay que tener en cuenta que las versiones nuevas se hacen pensando en el hardware disponible en el momento de su lanzamiento, que siempre es más potente que el que había cuando salió la versión anterior, por eso es fundamental seguir con la misma versión del sistema operativo que venía de serie con el equipo.
Lo siguiente será instalar solo lo imprescindible para tu trabajo y con la versión más cercana a la fecha de nuestro ordenador, incluido un antivirus.
Después de todo deberás pasar un programa para limpiar temporales, como CCleaner.
Y por último, defragmentar el disco para que empecemos en la mejor situación posible.
Esto en lo concerniente a la parte «lógica» de nuestra máquina, es decir, al software. Pero antes de disfrutar al 100% de tu rejuvenecido ordenador deberás mancharte las manos. Desconecta todos los cables de la parte trasera. Abre uno de los laterales de la caja, el opuesto al que están las conexiones. Con un compresor de aire, un bote de aire a presión, una aspiradora con efecto soplido o con un pincel suave deberás eliminar todo el polvo y suciedad que puedas, con cuidado de no desconectar nada. Después vuelve a cerrar la caja y conecta todos los cables.
Tras estas operaciones tu ordenador irá igual de rápido que en el momento de su compra. Lo que tienes que tener en cuenta es que la sensación será diferente al primer día de uso, ya que en aquel momento pasabas de un ordenador lento a uno nuevo, que en ese momento era de los más rápido que había. Ahora habrás probado en el trabajo otros ordenadores de última generación y siempre tu ordenador irá más lento en comparación a los nuevos equipos, pero si en su momento te era suficiente para trabajar e incluso rápido, seguirá siendo igualmente válido.
Mejora gastando dinero
Si tenemos un presupuesto a gastar para la mejora de nuestro equipo el abanico de posibilidades se abre considerablemente. Dependiendo de la cantidad de memoria RAM de nuestro equipo esta sería una posible opción. Si tienes menos de 4 GB es recomendable subir hasta este número. Yo hago un uso intensivo del ordenador y solo tiene 4 GB.
Pero lo que más nos puede hacer notar la mejora de nuestro equipo es adquirir un disco SSD. Este tipo de dispositivos han bajado muchísimo de precio y la mejora que aportan es muy notable. La idea sería adquirir uno baratito (por menos de 60 euros puedes encontrar uno de 120 GB) y usarlo de disco principal, mientras que el disco duro antiguo se utiliza de secundario. Para que veas lo que puede suponer este simple cambio puedes reproducir el siguiente vídeo en el que se compara un disco duro «normal» de un portátil con un disco SSD. El portátil sigue siendo el mismo, con todo igual, solo se cambia el disco duro (vídeo).
Otra opción sería comprobar si nuestra placa base soporta un procesador más potente y valorar la mejora de rendimiento con el precio. Para saber cuánto es esa mejora puedes mirar en la web cpubenchmark.net en la que se muestra el rendimiento de cada procesador tras hacerle un examen. El resultado es un número que te puede servir para calcular la mejora de tu procesador actual al nuevo.
Además de todo esto, deberías seguir los mismo pasos que en la mejora a coste cero.
Para concluir, te puede asegurar que ambas opciones mejorarán el rendimiento de tu equipo, lógicamente en la segunda opción el cambio será más radical. Ahora tienes que ser tú quien decida.
Cuéntame tu experiencia. ¿Has rejuvenecido tu ordenador últimamente?